Ian Welden
En Dinamarca los hombres y mujeres que solicitan asilo político debido a persecución en sus países de origen son sometidos a una fría y cínica incredulidad acerca de sus reales motivos por algunos sectores de la población danesa.
Qué clase de persona es usted
capaz de creer ciegamente
que abandoné mis amadas cordilleras
pintadas de oro por una loca luna de verano;
mi profundo y amistoso hogar
inundado de sol, colores y voces;
mis dulces huellas olvidadas
en el jardín de juegos de mi escuelita;
mi cálida y silenciosa madre
con su perfume a pan recién horneado
y flores frescas recién cortadas;
Los secretos placeres de mi amante;
las gloriosas y sinceras risas de mis amigos;
los excitantes y afrodisíacos vapores
de mis alimentos y mis condimentos;
la conmovedora simplicidad
de llorar en mi propio idioma;
la reconfortante curiosidad
y sana promiscuidad de mis vecinos,
por un humilde cheque de cien dólares al mes,
una fría, húmeda y solitaria habitación
en un olvidado y derrumbado ghetto
del sector de los narcómanos
mendigos y gangsters de Copenhague?
Arte Visual "El Pueblo de mi Infancia", de Ian Welden.
segunda-feira, 10 de janeiro de 2011
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